lunes, 21 de junio de 2010

EL OTRO GRAN SHOW


Cuando escuché decir a Don Marco Aurelio Denegri: “El 95% de la gente es superficial. Las personas de profundidad marina representan sólo un 5%”, me convencí, una vez más, que una de las características más operativas y desarrolladas del ser humano es, tal vez, mostrar sin ningún remordimiento sus miserias y pellejerías.

Digo esto sin ningún afán discriminatorio o selectivo. Sin embargo, me invade una terrible desazón y vergüenza ajena el ver, diariamente, cómo los medios de comunicación acaban con lo poco o nada que tenemos para ser mejores personas. Para muestra un gran show. Me pregunto ¿A quién le interesa la vida de una ex vedette, que después de un fracaso matrimonial, con boda rimbombante incluida, ahora desee ser deseada por su ex pareja y demuestre su incapacidad para superar el duelo? Claro, los más comerciales dirán: “lo hace por rating”, los sentimentalistas acudirán a la excusa de siempre: “se merece otra oportunidad” y los más idiotas afirmarán: “¡qué linda es ella!”

Lejos de las opiniones personales. Resulta delicado que el periodismo ocupe noticieros enteros, primeras planas de diarios y entrevistas inocuas en las radios para dar a conocer esta decadencia. No culpo ni justifico a las personas que se desviven por consumir esta basura, pues resulta difícil otorgarles a todos un verdadero acceso a la información. Claro, a esos empresarios les importa un ardite cultivar a la gente. Al diablo con recordar el nacimiento de nuestro gran pensador José Carlos Mariátegui el pasado 14 de junio. En su lugar coloquen las imágenes del ex esposo de la dueña del show, recién levantado, rascándose el trasero y tragando como cerdo.

Qué interesa la muerte del escritor José Saramago, sí, aquel que dijo que en la actual sociedad nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar y método de reflexión, pues sin ideas no vamos a ninguna parte. Mejor llenemos los cerebros con las opiniones de personajes banales que día a día se sacan los ojos en un reality, cada vez más semejante a sus intensas vidas.

Obviemos el más grande derrame de petróleo ocurrido en el Golfo de México, al final, no sucedió aquí, allá ellos y sus problemas. Además, British Petroleum cada semana aplica una nueva estrategia para neutralizar el “vómito negro” pero ninguna es efectiva. Más bien montemos otro “circo”, de igual intensidad, en el programa de la rival de la “señito”, cuyo inconsciente la traiciona y no sabe qué más hacer para parecerse más a ella.

No hagan hincapié a la rebuznada del Alcalde de Lima, Luís Castañeda Lossio, quien declaró lo siguiente a un noticiero matutino: “Ha habido 8 accidentes en los últimos días, pero ninguno es responsabilidad de los buses del Metropolitano. Es más, en el último incidente fue la bicicleta quien lo chocó”. Tampoco analicen el pensamiento filosófico del Gerente de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima, Javier Baraybar, quien en su momento señaló: “es que el señor Montaño ha sido reeducado”, justificando así al chofer del Metropolitano, cuyo récord de papeletas llegaba a las 90.

En realidad me siento miserable el observar todo esto. Pero lo más triste es saber, al menos así lo pienso, que quienes difunden estas bajezas no las consumen del mismo modo. O ustedes creen que sus familias pasan largas horas preocupándose por la neurosis de Gisela o en sus reuniones de negocios platican de la tremenda bomba de una vedette quien, proclamando su soltería entre copas, hace más evidente su oculto manifiesto por casarse con el ex esposo de su ex amiga.

Les aseguro que no. Para ellos sí existe la Nat Geo, las operas promovidas por Romanza, la música de radio Filarmonía, el teatro internacional, los ciclos de cine, los buenos me refiero, y la verdadera cultura. Sin embargo, todo ello también está al alcance de esas “mayorías engañadas”, pero no todos los medios de comunicación cumplen con informar, educar y entretener, no les conviene tampoco.

Imagínense si en lugar de ese estúpido show, el otro show, el de la miseria humana, se emitiera el programa del Doctor Denegri para educarnos y, así, el Presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, no continúe diciendo “habíanos” en vez de “habíamos”. Si dejaran de existir programas que hurgan como ratas en las miserables vidas de quienes no pueden vivir sin las cámaras y el escándalo, y nos mostraran la interesante trayectoria de nuestros escritores, poetas y pensadores. Si por un momento los empresarios, autoridades, directores, gerentes y editores de los Mass Media dejaran de pensar de manera tan egoísta y empezaran por fijar, al menos, la idea de ser un verdadero país, se alejarían de la idea del escritor y político, Manuel González Prada: "El hombre es la mínima parte de la nada".

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